sábado, 4 de octubre de 2008

Elidor.Un cuento Celta.


Elidor,era un jovencito que vivía en Clerecia,un pueblo celta y bretón.

El muchacho estaba siendo educado para ser clérigo.Día tras dia caminaba desde la casa de su madre,que era viuda,hasta el escritorio del monje,donde aprendía a leer y escribir.Pero tan pronto como aprendía a escribir una letra,olvidaba otra;de modo que era muy poco el progreso que hacía.Cuando los buenos monjes vieron esto,aplicaron el viejo dicho que dice: "No utilices la vara y echarás a perder a un niño",de tal modo que cuando el niño olvidaba una letra,ellos procuraban ayudar a su memoria con la vara.Pero cuanto más le atizaban menos aprendía, entonces los vareos se hicieron más frecuentes y severos,hasta que Elidor ya no pudo aguantarlos más,y un día,cumplidos los doce años,se levantó y se marchó por el gran bosque que circundaba el monasterio de San David.Allí estuvo vagando durante dos largos dias con sus dos largas noches,sin comer nada más que bayas de espino y escaramujo.Al fin se encontró junto a la boca de una cueva,a la orilla del río,y allí se dejó caer,totalmente cansado y exhausto.De pronto, dos hombrecillos diminutos se le aparecieron y le dijeron: "Ven con nosotros y te llevaremos a una tierra llena de juegos y diversiones";y Elidor,sorprendentemente recuperado,se levantó y se fue con los dos pequeños desconocidos;primero a través de un pasaje subterráneo sumido en tinieblas,pero después por un hermoso pais,de fantásticos rios rodeados de prados,bosques y tan bonito como uno pueda imaginarse.

Los dos hombrecillos condujeron a Elidor ante su Rey,quien le preguntó para qué y de donde había venido.Elidor se lo contó con todo lujo de detalles,y el Rey le dijo: "Servirás a mi hijo",y ordenó con la mano que se retirara.

Y durante largo tiempo Elidor sirvió y acompañó al hijo del Rey,y participó de todos los juegos y deportes de los hombres diminutos.Eran pequeños,pero no eran enanos,porque todos sus miembros eran de forma y tamaño proporcionados,su pelo caía sobre los hombros como el de las mujeres;no comian carne,ni aves,ni pescado,sino que vivian de las frutas,las verduras y la leche a la que añadían azafrán;nunca hacían ni tomaban juramento alguno,pero tampoco decían nunca una mentira,no hacían culto a nada ni a nadie,sólo profesaban respeto al Rey y a la Verdad.


Al cabo del tiempo Elidor comenzó a sentir deseos de ver a su madre,que debería estar muy preocupada y tambien a muchachos de su mismo tamaño,y pidió permiso para visitarla.El Rey se lo concedió y un grupo de hombrecillos le condujo a través del bosque y a lo largo del laberíntico pasaje hasta dejarlo allá donde lo encontraron.


- "¿Dónde has estado?, ¿qué has hecho?".Gritaba su madre.Y él hubo de contarle todo lo que había sucedido.La madre le suplicó que se quedara con ella,que no volviera a marchar,pero Elidor habia prometido al Rey que volvería.Así que pronto partió de nuevo,no sin antes hacer prometer a su madre que no diría a nadie dónde estaba,ni con quién.A partir de entonces,Elidor vivió,parte con los hombres diminutos y parte con su madre.


Un día,cuando estaba con su madre,le habló acerca de unas pelotas pesadas y amarillas que ellos usaban para jugar,de las que ella comprendió,sin duda,que eran de oro.Entonces le rogó que la siguiente vez que volviera con ella,le trajera una de aquellas pelotas.


Cuando le llegó la hora de volver de nuevo con su madre,no esperó a que los hombrecillos le guiaran,pues ahora ya conocía el camino.Así que cogiendo una de las pelotas amarillas con las que solía jugar,se encaminó a toda prisa a casa de su madre a través del pasaje.Cuando estaba cerca de la casa,le pareció oir pisadas tras él,y corrió hacia la puerta tan rápidamente como pudo.Pero justo cuando la alcanzó,su pié resbaló y cayó al suelo,y la pelota echó a rodar justo hasta los pies de la madre.En ese mismo instante,dos hombrecillos vinieron como flechas,cogieron la pelota y se marcharon,haciendo muecas,y escupiendo a Elidor al pasar por delante de él.


Elidor,esta vez,permaneció muchísimo más tiempo con su madre que las anteriores visitas;pero echaba de menos la diversión y los deportes de los hombres pequeños y un día decidió volver con ellos.Pero cuando llegó al lugar donde estaba la cueva y el pasaje subterráneo,ya no estaba,había desaparecido,no la pudo encontrar,y aunque buscó y buscó durante algunos años,no pudo volver al pais de los hombres diminutos.


Así que un día se planteó volver al monasterio,y,a su debido tiempo,se convirtió en monje.Y muchos hombres venían a verle,a preguntarle qué cosas le habian sucedido cuando vivió en la Tierra de los Hombres Pequeños.Y nunca podía hablar de aquellos dias sin derramar algunas lágrimas.



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